¿Qué es una enfermedad autoinmune?

Una enfermedad autoinmune es aquella en donde el sistema inmunológico propio de cada persona, se desordena y empieza a afectar a nuestros propios órganos o tejidos. El sistema inmunitario normalmente está diseñado para reconocer sustancias extrañas a nuestro organismo, tales como bacterias, virus, parásitos. Pero en las enfermedades autoinmunes nuestro propio sistema inmunitario reconoce como extraños a elementos propios de nuestro organismo, agrediéndolos e induciendo enfermedad. Por ejemplo, si afecta las articulaciones, tendremos artritis reumatoide, si afecta diversos sistemas y órganos como el riñón, tendremos el lupus eritematoso sistémico, si afecta el intestino, la enfermedad de Crohn, entre otras enfermedades.
¿De qué manera la medicina alternativa ayuda en el tratamiento de enfermedades autoinmunes?

Cada terapia alternativa tiene su enfoque sobre la enfermedad y tratamiento del paciente. Por ejemplo, la homeopatía restablece el desorden que en el propio paciente se manifiesta con una enfermedad autoinmune. En la homeopatía no existen “medicamentos para la enfermedad autoinmune”, sino existen “medicamentos para el paciente con enfermedad autoinmune”. Lo cual es totalmente distinto. En nefrología, por ejemplo, que es la especialidad que trata enfermedades renales, para tratar a una Glomerulonefritis o inflamación renal autoinmune, se indica el medicamento para la enfermedad autoinmune, y que normalmente son corticoides o inmunosupresores. En cambio, en la homeopatía, se indica el medicamento según las características específicas que tiene el paciente con la enfermedad autoinmune. Para ello, se considera la posible causa o trastorno causal de la enfermedad, como la muerte de un familiar cercano como un padre, o un trastorno por miedo, por violación, cólera, entre otros; se considera también los síntomas considerando su modo de presentación, horario, o condiciones agravantes. Por ejemplo, un paciente con enfermedad autoinmune cuya tos tiene una expectoración espumosa, ocurre cuando se expone al frío y al comer, orientan hacia un medicamento. Estos síntomas, que para un médico convencional pueden parecer extravagantes, son en realidad referidos por los pacientes, pero no se les brinda importancia porque no son identificados en los patrones comúnmente conocidos de enfermedad, y además se les resta importancia porque en ocasiones, no se encuentran alteraciones radiológicas o en el laboratorio. Al fin de cuentas, cada especialidad posee sus propios métodos diagnósticos. La radiología, ya sea con una radiografía o tomografía, permite identificar diversos problemas pulmonares. La semiología, que estudia los síntomas y signos de los pacientes, y es enseñada en la formación médica de forma notable e importante, permite identificar diversos problemas pulmonares. La Homeopatía, en este caso, reconoce síntomas no menos importantes, puesto que, son referidos por los pacientes y han sido identificados para la prescripción correcta del medicamento homeopático con la trascendencia de que mejora y tiende a la curación de la condición global del paciente. Esto quiere decir que cuando un paciente se enferma, no solo se enferma el riñón o el hígado sino el paciente en general se encuentra enfermo. Por ello, un medicamento homeopático no es para la enfermedad hepática autoinmune, sino para el paciente con enfermedad hepática autoinmune. Por ello, precisa de integrar los síntomas mentales, generales y locales del órgano comprometido del paciente para la correcta identificación del medicamento. Otras terapias alternativas como la medicina china, tendrá sus propios métodos diagnósticos y de tratamiento.

¿Se podría decir que la homeopatía trata al paciente enfermo y que la medicina convencional a la enfermedad?

En realidad, no se puede decir eso, porque la medicina es una sola, y el aforismo que se ha enseñado en la formación médica por siglos es “se debe tratar a pacientes enfermos y no a enfermedades”. Sin embargo, hay que precisar que la medicina convencional se orienta un poco más a la enfermedad, aunque siempre busca individualizar las terapias desde su punto de vista. Por ejemplo, se busca desarrollar protocolos para la elección correcta del medicamento según las manifestaciones de la enfermedad y no a todos los pacientes se les prescribe los mismos medicamentos. Para ello, se basa en la medicina basada en la evidencia, que demuestra cual es la terapia más efectiva cuando se cumplen determinados parámetros de los pacientes. Para poder llegar a este conocimiento basado en la evidencia, se tiene que haber desarrollado estudios clínicos, los cuales han incorporado pacientes con la enfermedad y que además cumplan los “criterios de inclusión”. Por lo general, un estudio clínico que valora la utilidad de un medicamento suele excluir a pacientes con dolencias muy grandes, puesto que, es difícil prescribir un tratamiento aún no debidamente estudiado para un paciente delicado y además porque los estudios requieren al menos un seguimiento de muchos meses o en el mejor de los casos de años, y que a veces los pacientes no pueden seguir. Por esta razón, las conclusiones de la medicina basada en evidencia no son para todos los pacientes con artritis reumatoide, sino para aquellos pacientes con artritis reumatoide que cumplan con determinados patrones. Esta metodología tiende a desarrollar protocolos que tienden a ser homogéneos al igual que todo el mundo y por ello podemos comparar la terapia para la hepatitis autoinmune de Perú con la de Nueva Zelandia. Como se puede percibir este es el método que ofrece la medicina científica en la actualidad, y si bien va reconociendo sus limitaciones, posee un fundamento y tiende a protocolizar la enfermedad. Difícilmente se puede concebir que al momento de desarrollar un estudio clínico, se incluyan todas aquellas características como vemos en la homeopatía, y que hacen que dos pacientes con la misma enfermedad sean distintos, sino tiende a incluir a pacientes con la misma enfermedad y patrones en común. Solo así, es posible conseguir un gran número de pacientes para poder obtener resultados válidos y recomendaciones de tratamiento.

¿Qué opinión merece el tratamiento de las enfermedades autoinmunes con la medicina convencional?

En una enfermedad autoinmune la medicina convencional suele ofrecer terapias que incluyen inmunosupresores o corticoides. Cabe decir que el desorden de una enfermedad autoinmune puede llegar a ser tan grande, que un paciente con enfermedad renal por lupus eritematoso, puede terminar en terapia de diálisis, o incluso pacientes con enfermedad de Guillain Barré pueden fallecer. En esta etapa, de efervescencia autoinmune, en el que las células se han tornado sumamente reactivas, la medicación inmunosupresora o corticoide es de lo más recomendable que se puede ofrecer al paciente, siendo la terapia más adecuada en ese momento. Luego el paciente recibe una terapia de mantenimiento que es una continuidad de los medicamentos inmunosupresores o corticoides a una menor dosis. Esta terapia si bien es importante, lo diferente en este caso, es que surgen los posibles efectos adversos de estas terapias. Es aquí donde se vuelve más relevante, aunque lo es desde un comienzo, la medicina alternativa.

¿Qué otro tipo de terapias alternativas se puede ofrecer en las enfermedades autoinmunes?

En la medicina china, por ejemplo, la enfermedad autoinmune se suele asociar con un síndrome denominado síndrome de shao yang, en el cual existe un incremento de la actividad o bloqueo del qi del hígado. Tanto la acupuntura como la fitoterapia china trabajan en restablecer este desorden, pero para ello, precisa también de su metodología diagnóstica, siendo necesario realizar un diagnóstico por el pulso, lengua, abdomen y reconocer los síntomas para la construcción de los síndromes de medicina china, los cuales son diferentes a los de la medicina convencional. Por ejemplo, un paciente con inflamación renal autoinmune, en nefrología, que es la especialidad que estudia y trata las enfermedades renales, puede diagnosticar un “síndrome nefrótico” en el que el paciente tiene pérdida de proteínas en la orina, hinchazón de extremidades y reducción de las proteínas en sangre; en cambio, en medicina china, el mismo paciente puede ser diagnosticado de un “síndrome de vacío del yin del riñón con falso aumento de calor del riñón”, en el que además de los síntomas de orina espumosa por las pérdida de proteínas o de hinchazón en extremidades, se reconoce síntomas como sensación de bochorno y sudoración nocturna, calor en las palmas y boca amarga y seca y que sumados a los hallazgos trascendentes y definitivos del examen del pulso, lengua y abdomen, permiten la identificación del síndrome y su respectivo tratamiento. En cuanto a la homeopatía, ya mencionamos que recoge también los síntomas mentales del paciente, pero la esfera mental de una persona es muy amplia, por lo que el tratamiento muchas veces recurre a otro tipo de terapias como terapia floral de Bach, programación neurolingüística y otros métodos que evalúan la implicancia sistémica familiar como las constelaciones familiares.

Dr. Edwin Castillo Velarde