Terapia Neural

Terapia Neural UnaniSalud

" La Terapia Neural entiende
que enferma el SER, y trata al SER. "

Terapia Neural

La Terapia Neural es un tratamiento mediante el Sistema Nervioso, el cual se distribuye en forma notable en la piel. La interacción entre mente, sistema nervioso e inmunitario, constituye el eje de nuestra capacidad de adaptación, característica fundamental para la supervivencia, desarrollada a lo largo del proceso evolutivo. A su vez, el sistema nervioso es entendido como un integrador de los diferentes órganos y tejidos de nuestro cuerpo, pues es una red de información que llega a todas las células. Esto hace que cualquier irritación que altere las propiedades (y sus funciones) de una parte de este sistema, estará afectando a su totalidad.

La Terapia Neural busca neutralizar estas irritaciones que desencadenan la enfermedad. Esta neutralización se consigue aplicando un anestésico local (generalmente procaína) en bajas concentraciones específicamente en los sitios donde el sistema nervioso ha sufrido agresión o lesión. Eliminando estos bloqueos que alteran el intercambio de información, se pretende reactivar los mecanismos de regulación para que el propio organismo produzca sus propias reacciones, y se reoriente su propia fuerza vital.

El sistema nervioso forma parte de todos los circuitos reguladores del organismo (humorales, hormonales, neurales y celulares), ya que intercambia mediadores de información con todos ellos (neurotransmisores, neuropéptidos, interleucinas, neurohormonas, citoquinas), por lo que podríamos decir que todos estos sistemas de regulación interconectados son, en sí mismos, uno solo. En la enfermedad, es importante el rol que tiene el huésped, siendo el terreno en donde se desarrolla la irritación, el sistema nervioso y la centralización de la irritación frente a la respuesta de todo el organismo.

Las bases científicas de la Terapia Neural tienen inicios en las investigaciones de los rusos Pavlov y Speransky. Más tarde, los hermanos médicos alemanes Ferdinand y Walter Huneke, desarrollaron la investigación y la sistematización propia de la Terapia Neural.

En 1940 acudió al consultorio de Ferdinand Huneke una mujer con una bursitis de hombro derecho que se resistía a todos los tratamientos. Huneke colocó pápulas alrededor de la articulación del hombro, inyectó peri e intra – articular y, como no mejoraba, le inyectó también en el ganglio estrellado. Todo esto, en casos similares había sido efectivo. Aquí no hubo mejoría. La señora regresó un par de semanas después debido a que le apareció una inflamación bastante dolorosa en la zona de la pierna izquierda, justo donde había la cicatriz de una osteomielitis que había padecido hacía 35 años. “Ya que no pudo hacer nada por mi hombro, podría ayudarme con mi pierna” le dijo la paciente a Huneke. Éste aplicó unas pápulas en la cicatriz y de súbito desaparecieron los dolores del hombro del otro lado del cuerpo, en una forma tan total que la paciente, tras años de inmovilidad, movía estupefacta el brazo en todas las direcciones. “No tengo el más mínimo dolor” exclamaba. Después de ésta única sesión sobre la cicatriz de la antigua osteomielitis en la pierna izquierda quedó sin dolor y con perfecta movilidad el hombro derecho, con efecto permanente.

Una cicatriz, puede actuar como un campo de interferencia en el caso de que genere una irritación que permanece en la memoria, y que en determinado momento pueden causar cambios patológicos en un determinado sujeto. Sin embargo no toda irritación, química, térmica o traumática se conserva en el organismo, pues hay traumas, cirugías, infecciones o inflamaciones que apenas influyen en la salud del enfermo. Para que la irritación permanezca presente y actuante se deben dar factores aún desconocidos que influyen en el tono neural inicial y que hacen que el ser humano no pueda eliminar la información. Esto lo convierte en un evento muy complejo en el que se afecta todo el organismo. El cuerpo es un sistema biológico de alta complejidad, formado por billones de células y más de 300.000 reacciones enzimáticas por segundo, en constante intercambio de materia y energía, y es influenciado por la temperatura, humedad, corrientes de agua subterránea, el campo electromagnético, la composición del aire y de los alimentos, la dieta, la familia, el trabajo, etc. Todo eso nos hace únicos, irrepetibles.

La presencia de irritaciones relacionadas a la presencia de cicatrices, o campos que interfieren en el procesamiento nervioso, es posible observarlo en migrañas que aparecen luego de una intervención quirúrgica, o cuando emergen las muelas del juicio; en cansancio, ansiedad o depresión que surge después de una cesárea; lumbociatalgias en personas con cicatrices abdominales (por intervenciones de apéndice, hernia, útero, laparoscopia, u otras); y un largo etcétera

Al aplicar un dieléctrico (procaína al 0.5%), el impulso, a través de la médula llega al hipotálamo y al córtex produciendo nuevas conexiones que borran la memoria y permiten entender la acción terapéutica de la TN (Terapia Neural). Speransky y Dosch plantearon que los ganglios simpáticos juegan un papel importante como estaciones de relevo en el proceso de información, de allí la importancia, a veces, de la aplicación ganglionar en la TN.

No es lo mismo eliminar un dolor con corticoides o con morfina, que con un procedimiento de TN. En la primera situación (cortisona) se introduce una conducta hormonal que impone alteraciones disreguladoras en varios sistemas y órganos; con la segunda (morfina), se interviene químicamente en el ámbito de la percepción central sobre el síntoma dolor, afectando a su vez otras funciones cerebrales. Mediante los antiinflamatorios se suprime la respuesta fisiológica de inflamación del organismo.

En el caso de la Terapia Neural, lo que se hace es producir un estímulo regulador, inespecífico, en un área específica del SN sistema nervioso, para que sea el propio organismo -si es que todavía está en aptitud de hacerlo- el que encuentre un nuevo orden, y así como tuvo la capacidad de hacer un síndrome o enfermedad, también pueda recurrir a sus propios órganos y/o sistemas efectores de procesos de autorregulación homeostática para acceder a la curación y, de no ser posible, al alivio.

Bibliografía

1. Dr. Payan de la Rocha. Lánzate al vacío, se extenderán tus alas. Diálogos sobre sociedad, salud y libertad.

2. Dr. Mathias Dosch, Atlas Ilustrativo de Las Técnicas de La Terapia Neural con Anestésicos Locales.

L.C., mujer de 38 años que acude por dolores generalizados (“me duele incluso la piel”), agotamiento importante y retención de líquidos. Le han diagnosticado una fibromialgia. Fue intervenida de un craneofaringioma a los 18 años de edad, le extirparon la hipofisis (“lo pasé muy mal, hay cosas de mi adolescencia que no recuerdo”), y reintervenida a los 26, además de varias sesiones de RT. Unos años más tarde decide quedarse embarazada y lo hace vía inseminación artificial más tratamiento hormonal. Poco después empiezan todos los síntomas. Se le inyecta procaína 0.5% en el plexo ginecológico y en la cicatriz de la primera intervención del craneofaringioma (la que le afectó más, según ella). Respuesta: Desaparación completa del dolor, para sorpresa de la paciente. 2 Dos meses más tarde, cuenta que perdió peso, “Me he deshinchado”. “Ahora piso el suelo y no me duele nada”. “Ahora me dicen que voy muy rápido, antes lo hacía todo lentamente”. “Me ha cambiado el humor, ya no estoy malhumorada, tengo ilusión”. “Antes bebía por efecto de la hormona antidiurética, ahora bebo porque me apetece el agua”, pero ha aumentado un dolor que tenía en el cóccix y que apareció después de la segunda intervención del tumor craneal. Desde entonces no tolera que nadie le toque el pelo, motivo por el que no va a la peluquería. Se le inyecta procaína en la cicatriz de esa intervención, e inmediatamente desaparece la coxalgia y es posible masajearle la cabeza sin que le moleste. 5 Cinco meses más tarde aparece de nuevo en la consulta. Desde que su marido tuvo un grave accidente, ella empezó a sentir como los dolores y que el agotamiento iban reapareciendo progresivamente. Se aplica de nuevo en el plexo ginecológico y, luego desaparecen los dolores y el cansancio. Reaparece al cabo de un mes diciendo que la mejoría le duró tan solo 15 días, y que la coxalgia persistia. Está muy hinchada y vuelve a molestarle que le toquen el pelo. Se inyecta procaína en la cicatriz de la primera intervención y desaparecen de nuevo todos los dolores; más tarde se le inyecta en la cicatriz de la segunda intervención, y desaparece el dolor del cóccix, pudiendo volver a acariciar su pelo. Desde allí la paciente siguió bien.

Si la procaína que se utiliza está totalmente libre de conservantes, las reacciones adversas son extremadamente raras. Suelen ser inflamaciones más o menos dolorosas en los puntos de aplicación, leve mareo, relajación, fiebre, agotamiento, dolores musculares como agujetas, etc., asimismo, pueden corresponder al reprocesamiento del sistema nervioso. Suelen autolimitarse en 24 a 48 horas. Suele aliviar mucho la aplicación de unos paños de agua caliente en la zona que ha reaccionado.

La experiencia acumulada por numerosos profesionales con cientos de miles de pacientes hace que esta sea una terapia segura si se es un buen conocedor de la técnica.

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