La nutrición clínica

“No hay enfermedades, sino pacientes enfermos”

El conocimiento de las bases científicas en la que se fundamenta las recomendaciones nutricionales, es importante para conocer el consumo de energía, macronutrientes, fibra dietética y de los micronutrientes

NUTRICIÓN

La nutrición clínica provee el cuidado nutricional óptimo a todos los pacientes de acuerdo a su enfermedad y evolución, y para ello es importante que se realice una adecuada distinción médica entre las alteraciones de la nutrición de la enfermedad propiamente dicha, de sus efectos en la evolución del paciente. Una dieta inadecuada, por exceso o por defecto, tendrá un impacto en la salud importante, por lo cual, existen enfermedades carenciales como por deficiencia de oligoelementos como el yodo, anemia ferropénica, o por déficit de hierro, y por otros micronutrientes como ácido fólico, vitamina D, ácidos grasos polinsaturados, omega 3, entre otros. Por otro lado, la ingesta excesiva de grasas saturadas, proteínas, sal y azucares, promociona enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, cáncer, etc. La variación de las necesidades nutricionales y el tipo de alimentos disponibles a lo largo de la historia, ha conllevado hasta el individuo sedentario, sobrealimentado y estresado de la sociedad contemporánea.

El conocimiento de las bases científicas en la que se fundamenta las recomendaciones nutricionales, es importante para conocer el consumo de energía, macronutrientes, fibra dietética y de los micronutrientes. La ingesta de energía debe estar balanceada con el gasto energético, y si es que se produce un desequilibrio entre estos factores, se produce una ganancia o pérdida de peso. En otros contextos, como el deporte, también es importante el conocimiento de la nutrición para un rendimiento óptimo, puesto que es importante conocer el sistema energético muscular, la importancia de los de hidratos de carbono en los ejercicios de resistencia, las pautas antes, durante y después de ejercicio, entre otros factores.

Todo este conocimiento clínico, de exceso vs carencia y de nutrición optima de acuerdo a las enfermedades, según las bases bioquímicas, es altamente necesario; sin embargo, existe también el conocimiento de la nutrición en medicina china y en la medicina ayurvédica, las cuales han establecido el concepto de nutrición constitucional. En la medicina ayurvédica existen tres doshas o constituciones, vata, pitta y kapha. Vata tiene como principio al movimiento. Su elemento es el aire. Son personas creativas, ansiosas, activas, alertas e intranquilas. No mantienen hábitos regulares, son de gran rapidez mental, pero con tendencia a olvidar las cosas. Sus sabores son el dulce, ácido, salado y bebidas calientes. Gobierna el intestino grueso, huesos y la piel. Los pies con frecuencia son fríos, pueden tener estreñimiento con heces secas, duras y pequeñas y poseen menor capacidad de sudoración a diferencia de otras constituciones. Al agravarse, pueden tener estreñimiento, artritis, angustia y desórdenes neurológicos. En la constitución pitta, el principio es el fuego. Tienen tendencia a encolerizarse y a la intolerancia. Poseen gran apetito e ingieren grandes cantidades de líquidos. Sus sabores son el dulce, el amargo, astringente y bebidas frías. Gobierna el intestino delgado, estómago, glándulas sudoríparas, sangre, tejido graso y piel. Poseen una tendencia a tener sudoración excesiva y no toleran el calor. Al agravarse puede cursar con agresividad, erupciones, acné, gastritis e insomnio. La constitución kapha tiene como principio el agua. Tienden a ser tolerantes y calmados. Sus sabores preferidos son el picante, amargo y astringente. Gobierna el pulmón, nariz, boca, estómago, secreciones corporales y mucosas. El sueño es prolongado. Al agravarse puede ocurrir una digestión más lenta, tendencia a retención de líquido, incremento de colesterol, diabetes, sueño excesivo, cansancio al levantarse, obesidad y congestión de mucosas.

Cada una de estas constituciones posee un determinado régimen dietético que armoniza la salud. El dulce, por ejemplo, armoniza a la constitución vata y pitta. El ácido disminuye vata, pero incrementa pitta y el exceso de ácido incrementa también kapha. Por ello, el consumo regular de vinagre de manzana, trabajará adecuadamente pero solo en algunas personas; o el consumo de vitamina C, ácido ascórbico, será contraproducente en una persona de constitución pitta. De la misma forma, sucede con lo salado, picante, amargo y astringente. Para identificar estas constituciones que pueden variar según la enfermedad, se requiere una evaluación clínica, evaluación del pulso y examen físico. En la medicina china, la nutrición considera exactamente lo mismo, la constitución, y por ello establece una base sólida del conocimiento de los sabores, órganos, emociones y enfermedades de los pacientes. Por ejemplo, el bazo-páncreas, en medicina china controla la digestión. A nivel emocional, el bazo-páncreas expresa nuestras habilidades para lograr nuestras necesidades, que cuando se cumplen generan confort y seguridad en nuestras vidas. La vinculación entre alimentos y emociones ocurre desde el nacimiento, pues desde allí, el vínculo entre el alimento del pecho de nuestra madre y el confort queda establecido. Por ello, la habilidad de nutrir nuestras emociones está relacionado con nuestra digestión. La excesiva preocupación por lograr nuestras metas (prolongados periodos de estudio, muchas horas sentados procesando información o la preocupación excesiva e indecisión de nuestros problemas) debilita la función del bazo-páncreas, siendo uno de los síntomas de su desarmonía, la avidez intensa por las cosas dulces. Cuando se identifica esta deficiencia, se indicarán estilos de vida para balancear esta alteración, junto con una nutrición óptima para corregir la deficiencia. En una deficiencia de bazo-páncreas, en medicina china, predomina la humedad, que es similar a la constitución kapha, por lo que se evitaran alimentos que promueve esta condición como cerdo, carne roja, naranja, trigo, pastas, pan, plátano, azúcar, grasas saturadas, cerveza, y se favorecerán alimentos que resuelvan este estado como cebada, apio, algas, ajos, rábano, entre otros. Por último, en este caso, se diferenciarán también aquellos alimentos que reduzcan la humedad con calor o aquellos que reduzcan la humedad con frío, por lo que además del sabor, se considera la naturaleza y temperatura energética de los alimentos.